jueves, 28 de agosto de 2008

Sup 10: La tabla mnemotécnica fonética

Advertencia: Algunos de los detalles dados aquí requieren algo de reflexión, y por lo tanto este material no se presta para la lectura veloz, se requiere una lectura de estudio. Sin embargo, en algunas porciones de texto se puede hacer el cambio de velocidad de lectura, pasando de velocidad baja a velocidad alta y al revés. Este tipo de material es el que se presta para ir adquiriendo el hábito del cambio de velocidades.

Indudablemente que una de las cosas que más se nos dificultan recordar a la mayoría de nosotros es una serie de dígitos numéricos que siguen cierto orden, trátase de un número telefónico importante, de nuestro número de Seguro Social, o de nuestro número de tarjeta de crédito; esto en virtud de que los dígitos generalmente no siguen una secuencia ordenada (como el número 1234567) o estén puestos en una forma que nos sea fácil de recordar (como el número 88888888), sino que la secuencia es generalmente algo completamente al azar (como el número 72519416).

Es aquí en donde podemos echar mano de nuestra memoria asociativa, intentando establecer una asociación entre números que no parecen seguir un patrón predecible y ordenado y alguna otra cosa que tenga algún sentido para nosotros. Y la forma ideal para ello es mediante la utilización de una tabla fonética.

Con la ayuda de una tabla fonética, podemos establecer una asociación entre cada número y una letra del alfabeto que nos permita posteriormente construír una palabra o una frase dentro de la cual se encuentre codificada el número. Hay muchas formas de llevar a cabo esta codificación. Una de ellas, dictada más por la costumbre que por alguna razón de índole científica, es la que establece la siguiente tabla:




Lo primero que vemos es que esta tabla establece un equivalente entre cada uno de los números del cero al nueve y una o varias consonantes. No hay vocales en la tabla. Esta tabla en sí también puede ser memorizada sin dificultad estableciendo varias asociaciones (de nuevo, la memoria asociativa) que nos permitirán recordarla inclusive de por vida.

Empecemos por el número 0, que puede ser codificado con las letras C, CH y Z. Una asociación obvia aquí es que la palabra usada para denotar el número 0 comienza justo con la consonante C, o sea Cero, de modo tal que la memorización aquí debe ser sumamente fácil. Pero también puede ser denotado con la letra CH, de modo tal que la palabra CHihuahua denotaría al número Cero. Podemos también hacer una parodia chusca del cero rebautizándolo como Chero (un ranCHero que como ranCHero es un CHero, un 0.)

Otra manera de establecer una asociación es mediante la siguiente imagen mental dinámica en la cual el número 0 se transforma primero en la letra C, la cual se transforma a su vez en la letra CH:


El número 0 también puede ser denotado con la letra Z, pero no tenemos por qué batallar aquí si consideramos que en el idioma Inglés al número cero se le escribe como Zero, usando la Z.

Ahora veamos el número 1.

Para recordar su asociación con la letra L, observemos que el número 1 se parece mucho a la letra L minúscula, o sea l. En efecto, en cualquier computadora, si escribimos el número 1 y la letra l, tomado fuera de algún contexto podemos batallar para poder encontrar la diferencia entre el uno y el otro. Otra manera de establecer una asociación es mediante la siguiente imagen mental dinámica en la cual el número 1 se transforma en la letra l:


Para recordar la asociación del número 1 con la letra D, podemos hacerlo dándonos cuenta de que si agregamos un circulito al número 1 a su izquierda, se obtiene la letra D minúscula, o sea d. Podemos hacer la asociación dinámica de la siguiente manera:


Por otra parte, para establecer la asociación del número 1 con la letra T, lo podemos hacer observando que una letra T minúscula invertida (volteada de cabeza y volteada de lado), o sea t, es un número 1. La metamorfosis dinámica de la letra T minúscula al número 1 volteándola de cabeza y volteándola de lado es la siguiente:


Aún otra asociación más que podemos establecer aquí entre la letra y el número es que la letra T tiene una línea vertical (=.uno).

Así pues, al número 1 se le pueden asignar cualquiera de tres letras distintas: L, D y T.

Ahora veamos el número 2.

Con un poco de imaginación, si acostamos al número 2 obtendremos la letra N. Esto lo podemos recordar mejor de la siguiente manera imaginando que la letra N va caminando de izquierda a derecha como si estuviera “patinando”, y de pronto se  tropieza con una piedra que hace que caiga, transformándose de este modo en el número 2:


Aún otra asociación que podemos establecer aquí es que la letra N tiene dos líneas verticales (=.2).

Ahora veamos el número 3.

Con un poco de imaginación, si acostamos al número 3 obtendremos la letra M. Esto lo podemos recordar mejor de la siguiente manera imaginando que la letra M va caminando de izquierda a derecha como si estuviera “patinando”, y de pronto se  tropieza con una piedra que hace que caiga, transformándose de este modo en el número 3:

 
Aún otra asociación que podemos establecer aquí es que la letra M minúscula, o sea m, tiene tres líneas verticales (=.3).

Ahora veamos el número 4.

La asociación más directa consiste en el hecho de que la palabra cuatRo que denota a dicho número tiene como consonante muy sonora a la letra R. Si queremos, podemos exagerar el efecto pronunciando "cuatRRRRRRo". Obsérvese por otro lado que el número 4 se parece a una letra R escrita al revés. Esto último lo podemos visualizar dinámicamente de la siguiente manera viendo cómo la letra R escrita al revés puede ser deformada un poco para darnos algo muy parecido al número 4:


Ahora veamos el número 5.

Aquí no tenemos por qué batallar, ya que el número 5 se parece muchísimo a la letra S. La asociación es directa e inmediata. Dinámicamente, la metamofosis del número 5 a la letra S y viceversa la podemos visualizar de la siguiente manera:


Ahora veamos el número 6.

Aquí tampoco tenemos por qué batallar para establecer la asociación entre el número 6 y la letra G, ya que el número 6 se parece muchísimo a la letra G. Dinámicamente, la metamofosis del número 6 a la letra G y viceversa la podemos visualizar de la siguiente manera:


Por otro lado, la asociación con la letra J tampoco debe ser problema, ya que la letra J suena guturalmente como la letra G (GeoloGía = JeoloJía). Recuérdese que se trata de una tabla fonética, basada en los sonidos de las letras, no una tabla gramatical.

Ahora veamos el número 7.

Una asociación que podemos establecer es con la formación de la palabra Video-Kasietera, la cual nos dá la letra unida a la palabra usada para denotar al número. Otra asociación que podemos establecer es que con dos sietes se puede construír una letra, la letra k (esto requiere un poco de imaginación). Resulta provechoso establecer la asociación dinámicamente de la siguiente manera, llevando a cabo la construcción de la letra k empezando con dos números 7:


Por otra parte, puesto que la tabla es una tabla fonética, basada en sonidos, no debe haber duda alguna de que la letra K es fonéticamente igual a la letra Q (Kilogramo = Quilogramo), y por lo tanto el número 7 puede ser codificado también con la letra Q.

Ahora veamos el número 8.

Al número 8 lo podemos recordar asociado con la letra F como el ocho Fachoso. Otra asociación que podemos establecer es que una letra  f  manuscrita (escrita a mano) se parece algo al número 8. Podemos establecer la asociación dinámicamente de la siguiente manera:


Por último, las asociaciones entre el número 9 y las letras V, B y P se pueden establecer recordando las siguientes palabras con las cuales podemos representar a dicho número: NueVe, NueBe y NuePe. Otra asociación que podemos establecer es que el número 9 se parece a una letra B minúscula (o sea la letra b) invertida. Bueno, en realidad se requiere de una inversión de posición tanto horizontal como vertical para convertir al número 9 en la letra b, pero esto no es difícil de recordar si nos fijamos en la siguiente imagen dinámica que nos proporciona la visualización permanente de la equivalencia:


En lo que respecta a la consonante P, el número 9 se parece a una letra P escrita al revés. La visualización dinámica que nos permitirá recordar esto para siempre es la siguiente:


Por otro lado, la letra B mayúscula se puede formar usando la letra P (quitándole el circulito inferior) con lo cual agregamos la letra P a las asociaciones de las letras V y B con el número 9. Es fácil ver esto mediante la siguiente asociación dinámica entre las letras B y P:


Podemos resumir las diversas mnemotécnicas de asociación dadas arriba de la siguiente manera:




El empleo de la tabla fonética poniendo en práctica lo que hemos aprendido aquí se dejará para el siguiente ejercicio suplementario, dándole aquí al lector la oportunidad de que se la aprenda antes de continuar adelante, en la seguridad de que cualquier tiempo invertido aquí será retribuído con creces.