jueves, 28 de agosto de 2008

11: La potenciación de la memoria




Una vez que hemos desarrollado nuestra habilidad natural para recabar rápidamente datos o ideas del material escrito, resulta deseable el poder desarrollar también nuestra capacidad natural para poder retener en nuestras mentes por tiempo indefinido tales datos o ideas.

Para poder recordar mejor las cosas, es necesario entrar en el estudio de la mnemotecnia, el conjunto de técnicas que nos permiten potenciar nuestra memoria volviéndola más eficiente, convirténdola en una memoria dinámica, la cual sumada a la lectura dinámica es lo que nos dá la capacidad de poder aprender y recordar más cosas en menos tiempo, o sea el aprendizaje dinámico. En pocas palabras:

aprendizaje dinámico = lectura dinámica + memoria dinámica

Pero antes de entrar de lleno en el estudio de los métodos y técnicas que existen para potenciar nuestra memoria, es importante saber cómo recordamos datos e ideas, ya que toda la ciencia de la mnemotecnia se basa en la observación directa sobre la manera en la cual trabajan nuestros cerebros.

Primero que nada, haremos un repaso a la manera en la cual funciona en las computadoras la memoria de acceso aleatorio mejor conocida como Random Access Memory o RAM. Esta es la memoria dinámica de las computadoras digitales, es con lo que trabaja la unidad de procesamiento central de información  (CPU o Central Processing Unit) para procesar datos. Esta es una memoria lineal en el sentido de que cada uno de los datos están almacenados en una lista lineal, asignándosele un domicilio numérico específico a cada dato almacenado. Si se quiere encontrar lo que hay dentro de cada domicilio, la unidad de procesamiento central tiene que proporcionarle a la memoria RAM un domicilio numérico, con lo cual la memoria RAM apunta hacia lo que está almacenado bajo dicho domicilio numérico presentándole la información a la unidad de procesamiento central para su uso posterior. Esto lo podemos ilustrar de la siguiente manera:


Si queremos saber lo que hay en el domicilio 11, le proporcionamos tal domicilio numérico a la memoria RAM, y en respuesta ésta nos entrega al instante la hilera de caracteres “insecto”. Si queremos saber lo que hay en el domicilio 06, le proporcionamos tal domicilio a la memoria RAM, y en respuesta ésta nos entrega al instante la hilera de caracteres “bandera”. Sin embargo, por muy impresionantes que puedan ser las computadoras contemporáneas, en realidad ésta no es una forma muy eficiente de poder accesar los contenidos de una memoria, y ciertamente ésta no es la forma en la cual trabaja nuestro cerebro. Para demostrarlo le haremos una ligera modificación a la lista anterior mediante la cual pondremos con un mismo color algunas cosas que pueden tener una relación entre sí:


La palabra “árbol” puede estar relacionada con la palabra “paloma” por el simple hecho de que los árboles suelen ser los lugares en donde se posan las palomas. Por otro lado, las palabras “azul”, “alberca” y “laguna” pueden estar relacionadas entre sí por el simple hecho de que el agua es un elemento común a las tres palabras. Y por último, la palabra “herrero” puede estar relacionada obviamente con la palabra “martillo”. Al reconocer tales relaciones sin poner ninguna atención en el domicilio numérico bajo el cual está almacenada cada palabra, estamos accesando la información almacenada por el contenido y no por el domicilio que le ha sido asignado en una lista. Esto es algo que no puede hacer ninguna computadora casera. La computadora casera puede emular el funcionamiento de este tipo de acceso a la memoria, pero no es la manera en la cual la computadora digital trabaja con la memoria de la máquina.

Para tener una idea más clara de lo que se ha expuesto, a continuación se presentará otro ejemplo que ilustra de una manera un poco más aproximada la forma en la cual trabaja nuestra memoria estableciendo asociaciones:


Como puede verse, la sola mención de la palabra “Angélica” puede activar varios recuerdos que están asociados en un área común a la que aquí se le ha dado un fondo amarillo. En ese pedacito se encuentra “la casa del abuelo”, muy posiblemente el abuelo de Angélica; y se encuentran también un “jardín de rosas” y una “fuente”, muy posiblemente un jardín de rosas en la casa del abuelo de Angélica en el cual se hay o había una fuente. Y hay también un “perro Pastor Alemán”, muy posiblemente un perro Pastor Alemán que tenía el abuelo en su jardín. Pero cada uno de estos conceptos puede “conectar” a su vez con otros conceptos o palabras. Por ejemplo, la imagen o la idea del perro Pastor Alemán nos puede conducir a un área en donde están asociados un “campo deportivo”, posiblemente un campo deportivo en donde había unos perros Pastor Alemán, y a un aeropuerto muy posiblemente situado cerca del campo deportivo, en donde por alguna razón persiste la idea o la imagen de un vuelo nocturno, y persiste también la idea de un Hospital, quizá relacionado todo con algún percance aéreo que sucedió cerca de un aeropuerto y de un campo deportivo. Pero por otro lado, la imagen o la idea del perro Pastor Alemán también tal vez nos puede conducir al concepto o la idea de una película, quizá alguna película en la cual la estrella principal de la película es un perro Pastor Alemán, conectando también con el concepto o la idea del “novio de la escuela” quizá porque el novio acostumbraba llevar a la novia al “cine” a ver películas, que es la cuarta imagen o concepto que está en ésta área. A su vez, la imagen o la idea del “cine” conduce a otra área que recuerda el “autógrafo” dado por un actor, y conduce también a un “salón de baile” en el cual parece haberse usado un elegante e inolvidable  “vestido de noche”, y en el cual posiblemente estaba una amiga llamada Ana Laura. Cualquiera de éstas últimas cinco imágenes o ideas conduce a su vez hacia otras áreas. Obsérvese que no se está utilizando ningún domicilio numérico para buscar y establecer las conexiones, las asociaciones, se están utilizando directamente los contenidos. A este tipo de repositorio de memoria es a lo que se le conoce como memoria asociativa.

Veamos si podemos aclarar aún más el concepto de la memoria asociativa. Considérense las siguientes “cajitas” como lugares en donde están almacenados en nuestro cerebro las imágenes, los conceptos, las ideas o las palabras que se muestran dentro de cada “cajita”:


Estos pedacitos de información aparentemente diseminados por doquier al azar de hecho pueden estar conectados entre sí de varias maneras. Sin embargo, la memoria asociativa, al igual que la memoria RAM de las computadoras caseras, es una memoria que trabaja bajo los requerimientos de demanda del usuario; es el poseedor el que decide qué es lo que quiere sacar del repositorio y cuándo lo quiere sacar. Supóngase que estamos en el consultorio de un psicoanalista que está ayudando a su paciente a establecer asociaciones como parte de su terapia. Si el psicoanalista le menciona a su paciente la palabra “sandía”, es posible que, por tratarse de una fruta, el paciente establezca de inmediato la siguiente conexión:



La conexión entre la palabra “sandía” y la palabra “mango”, siendo ambas frutas, puede establecerse de manera casi inmediata.

Supóngase ahora que el psicoanalista que está ayudando a su paciente a establecer asociaciones le menciona a su paciente la palabra “carro” pidiéndole que le mencione lo primero que se le venga a la mente. Entonces es posible que por alguna razón que posteriormente deberá ser dilucidada por el psicoanalista, la sola mención de la palabra “carro” le traerá al paciente la imagen de un “carro viejo” que a su vez le  traerá el recuerdo de un hospital:


Ahora supóngase que el psicoanalista le proporciona a su paciente la palabra “árbol” pidiéndole que le nombre lo primero que se le venga a la mente, siendo en este caso el concepto o la imagen de un “gato”, y tras esto el psicoanalista le pide al paciente que le nombre lo primero que se le venga a la mente con el recuerdo del “gato”, siendo la respuesta un “jardín de rosas”. Las asociaciones consecutivas establecidas por la mente asociativa del paciente serán entonces:


No entraremos en mayores detalles sobre la manera exacta en la cual nuestros cerebros almacenan y recuperan la información que es guardada y recordada de manera asociativa, ya que esto aún en nuestros días de tomografías computarizadas de alta precisión del cerebro sigue siendo un tema de mucha controversia, y corresponde a un área sofisticada de estudio conocida como ciencia cognitiva el tratar de dilucidar los muchos misterios que aún quedan por resolver acerca del funcionamiento de la mente humana. Baste mencionar que, tomando como modelo básico el funcionamiento de la neurona cerebral convencional y el mecanismo de sinapsis que usan las neuronas para poder comunicarse entre sí, el primer modelo teórico usado para emular en una computadora el aprendizaje llevado a cabo por las neuronas, el perceptrón, prácticamente se colapsó cuando dos expertos en el área de inteligencia artificial, Marvin Minsky y Seymour Papert, demostraron de manera rigurosa y formal que el perceptrón no era capaz siquiera de llevar a cabo el reconocimiento de una letra sencilla, mucho menos de imágenes más complejas, propinándole en los años setenta un golpe tan devastador a la incipiente ciencia de las redes neurales artificiales que fueron culpados del desvanecimiento de fondos gubernamentales y la consecuente desaparición virtual de la investigación académica en todo lo que tenía que ver con el campo de las redes neurales artificiales. Posteriormente, y habiéndose perdido tiempo valioso en el proceso, se descubrió que la razón del fracaso de los perceptrones era que los perceptrones son redes neurales lineares mientras que las redes neurales artificiales tienen que ser modeladas en base a redes neurales no-lineares para poder obtener algo que sea capaz de ser “enseñado” mediante un proceso (algoritmo) de aprendizaje. El problema teórico se complica enormemente por el hecho de que las neuronas del cerebro no son circuitos planares sino circuitos tri-dimensionales, de modo tal que un modelaje teórico de las mismas estaría contemplando algo como lo siguiente:




para simular el comportamiento de algo que en la Naturaleza tiene el siguiente aspecto:




Aquí podemos ver arriba con mayor claridad la razón principal del por qué las neuronas de nuestro cerebro son superiores en sus capacidades de procesamiento de información a los circuitos integrados con los cuales se construyen las computadoras digitales contemporáneas. Los circuitos integrados de alta densidad siguen siendo esencialmente circuitos grabados con una fotolitografía sub-microscópica de alta densidad, capaces de contener más de un millón de transistores en un espacio reducido de silicio que no ocupa más de una pulgada en cada lado, pero esta fotolitografía no se presta para poner una capa plana de silicio procesado sobre otra, y mucho menos para la interconexión de una capa a otra si es que se pueda hacer tal cosa. Esto no significa que no se puedan construír redes neuronales artificiales; a continuación se presenta un ejemplo de tal circuito, el “chip” Heidelberg AnaloG Evolvable Neural Network (HAGEN):




Sin embargo, contando con únicamente 128 neuronas de entrada y 64 neuronas de salida y abarcando poco más de 8,000 sinapsis, esta creación ni siquiera remotamente puede competir con la estructura de un cerebro en el cual las neurones se cuentan en los millones, conectadas entre sí en un enjambre tridimensional que aún deja con la boca abierta a los expertos. También hay ya implementaciones artificiales de memorias asociativas, y como ejemplo de ello tenemos el siguiente “chip”:




Sin embargo, este circuito electrónico adolece de las mismas limitaciones que las redes neurales artificiales, esto es, la incapacidad tecnológica actual de poder montar uno encima del otro con una interconexión entre todas las capas.

El notable Doctor Vannevar Bush, llamado a veces el padre de la ciencia norteamericana moderna, fue el primero en articular la idea de usar memorias asociativas para aumentar la capacidad de procesamiento de las computadoras en su artículo As We May Think publicado en julio de 1945. Y aunque el procesamiento electrónico de información aún está basado en la indexación serializada de las bases de datos y en la indexación serializada empleada por los motores de búsqueda, el advenimiento de Internet con su concepto de hipervínculos ha traído consigo una aplicación de las búsquedas por asociaciones sin recurrir a listas ordenadas e indexaciones; Internet es quizá el ejemplo más ilustrativo que se pueda dar sobre el uso de la asociación, con cada internauta desempeñando en cierta forma el papel de una “neurona” elemental conectada simultáneamente a todas las demás neuronas (internautas) en la red, en donde cada elemento de información puede ser procesado al azar y de manera simultánea por muchas “neuronas” (internautas), y en donde el consenso mayoritario que produce resultados útiles a largo plazo (como Wikipedia) tiene su símil en los factores de peso estadístico que las neuronas del cerebro humano le dan a la información que reciben a su entrada para decidir si la salida resultante vale la pena llevar una activación posterior o no. De hecho, hay quienes están empezando a considerar seriamente a la red de redes como un “cerebro” con vida propia en donde el deceso de algunas de sus células neuronales no necesariamente va a producir efectos catastróficos en el funcionamiento de la red. En su libro Toward Memory-based Reasoning, Craig Stanfill y David Waltz asentaron que “el uso intensivo de la memoria para recordar ciertos episodios del pasado -en lugar de reglas- debería ser el fundamento para el razonamiento de las máquinas”. Debería, de no ser por las enormes barreras tecnológicas que deben ser solventadas primero antes de que la  inteligencia artificial se pueda convertir en una realidad.

No nos quebraremos por ahora la cabeza en tratar de dilucidar detalles en los que hasta los expertos aún siguen confusos sin ponerse de acuerdo. El punto principal que queremos enfatizar es el axioma fundamental sobre el cual descansan todos los trucos y todas las técnicas que se han inventado y que se puedan inventar para la potenciación de la memoria:
La mente almacena recuerdos permanentes a largo plazo estableciendo asociaciones.
La capacidad del repositorio cerebral es enorme, a grado tal que todavía no hay ser humano que diga que ya no puede aprender ni memorizar absolutamente nada más porque en su cerebro ya no hay espacio para ello. Es importante agregar que en personas sanas (que no padezcan de alguna enfermedad neurodegenerativa como el mal de Alzheimer), la aparente inaccesibilidad de ciertos recuerdos tiene que ver más con los mecanismos defensivos de la mente que con el hecho aparente de que tales recuerdos fueron borrados y ya no existen. Detrás de alguna memoria aparentemente inalcanzable puede subyacer una experiencia sumamente traumática y desagradable que le puede estar ocasionando problemas psicosomáticos en tiempo presente a una persona cuando se reproducen circunstancias similares a dicha experiencia traumática. La mente no quiere que la persona vuelva a revivir en todos sus dolorosos detalles aquella experiencia traumática, pero de cualquier modo trata de asociar subconscientemente los detalles con la vivencia actual para que en caso de que se presente algo similar la persona pueda escapar o evitar una repetición de lo mismo; lo cual es una ironía, porque la mente subconscientemente trata de alertar a una persona acerca de algo que le fue doloroso pero al mismo tiempo para protegerla le bloquea el acceso a los recuerdos del incidente, con lo cual la persona sufre psicosomáticamente en tiempo presente por algo que posiblemente sucedió hace mucho tiempo pero de lo cual no se puede liberar porque todas las experiencias de tan mal recuerdo siguen sepultadas allí. Para liberar a la persona de semejante problema, un psicoanalista astuto (de los cuales, desafortunadamente, no hay muchos) inducirá primero en el paciente un ligero trance hipnótico (a veces conocido como reverie que significa “soñar despierto”) o simplemente lo relajará, tras lo cual recurrirá a la memoria asociativa del paciente pidiéndole establecer libremente asociaciones, observando cuidadosamente en todo momento la expresión facial del paciente tratando de encontrar aquellas asociaciones que parecen provocarle una reacción desagradable. Eventualmente, y si el analista ha mantenido un registro cuidadoso de anotaciones, tendrá suficiente material para perforar los mecanismos de defensa del subconsciente llevando a la persona a revivir el evento traumático que la está afectando en tiempo presente. Una vez localizado el evento, la terapia consiste en repasar y revivir el evento cuantas veces sea necesario para que la persona lo pueda confrontar y pueda tomar responsabilidad del mismo (tomar responsabilidad de algo significa que la persona o el paciente puede dar una respuesta cuando se le pregunte acerca de ello), con lo cual los síntomas psicosomáticos desaparecen como por arte de magia y la persona recupera su integridad normal. (La tendencia actual es tratar de controlar con fármacos los estados anímicos alterados, siendo esto mucho más fácil que tratar de estar escarbando en el pasado sin saber de antemano cuándo se encontrará la llave mágica para la cura total de un caso difícil.)

Experimentalmente, se ha confirmado también mediante numerosos exámenes psicométricos que la memoria asociativa funciona mucho mejor mediante la asociación de imágenes que mediante la asociación de sonidos. Esta es la razón por la cual en numerosas ocasiones cuando vemos una cara conocida reconocemos de inmediato el rostro como el de alguien que nos es familiar pero podemos batallar para recordar el nombre de la persona. Llanamente, la memoria auditiva simple y sencillamente no está a la par con la memoria de las imágenes. Ello no significa, desde luego, que no tengamos también una capacidad de memoria asociativa auditiva, si no la tuviéramos no nos sería posible memorizar largas porciones de texto recurriendo a la rima de las palabras poniendo cosas en verso para poder recordarlas mejor (esto es precisamente lo que hacían en otros tiempos antes de la invención de la imprenta para poder recordar pasajes completos de la Biblia, cuyos párrafos guardan una cierta rima en la lengua original que facilita recordarlos). Y si no tuviéramos una memoria asociativa auditiva, no nos sería posible recordar con la práctica y la costumbre a base de estar escuchando piezas musicales de larga duración como la Quinta Sinfonía de Beethoven o El Cascanueces de Tschaikovsky. De cualquier modo, buscando nuevas formas para establecer asociaciones, podemos incrementar grandemente la potencia de nuestra memoria auditiva, aquí nuestra imaginación es el único límite de las alturas a las que podamos llegar.

El lector habrá notado que en esta obra así como en otras obras de éste mismo autor que se hace uso intensivo de los colores para resaltar porciones de texto o cosas sobre las cuales se desea enfocar la atención y la concentración del lector. El uso intensivo de los colores para resaltar aquellas porciones de texto que consideramos importantes, además del subrayado y el uso de las letras itálicas para llamar la atención sobre algo en particular, es otro “truco” que en realidad no es más que una aplicación del uso de la memoria asociativa, en este caso para asociar ciertos pasajes o palabras de un texto a un color que agrega una asociación extra que nos permite potenciar aún más la memoria.

Si a los psicoanalistas inteligentes y astutos les puede funcionar el uso de la memoria asociativa para resucitar recuerdos y experiencias que se creían completamente olvidados e inclusive para curar en sus pacientes algunas enfermedades psicosomáticas que son resistentes a las terapias de la medicina convencional, a nosotros también nos puede servir la memoria asociativa para nuestros propósitos de aprendizaje sabiendo de antemano de qué se trata, permitiéndonos desarrollar las técnicas que nos permitirán llevar a cabo la potenciación de nuestra memoria de maneras que no hubiéramos creído posibles.


EJERCICIOS


1.- Ejercicio Suplementario # 1.

2.- Ejercicio Suplementario # 5.

3.- Ejercicio Suplementario # 6.

4.- Ejercicio Suplementario # 7.

5.- Ejercicio Suplementario # 9.

6.- Ejercicio Suplementario # 10.

7.- Ejercicio Suplementario # 11.

8.- Ejercicio Suplementario # 12.

9.- Ejercicio Suplementario # 13.