El curso integral de Aprendizaje Dinámico, como originalmente fue concebido y estructurado, empieza desde la primera sesión exponiendo a los participantes ante un televisor de pantalla grande (o el equivalente a un monitor de computadora de alta definición) a una lectura en la que el texto de la “primera página” (el equivalente en texto necesario para llenar un monitor de 17 pulgadas) se va escribiendo lentamente, a una velocidad que puede resultar exasperadamente lenta para los participantes, ya que se lleva a cabo a una velocidad estandarizada de tan sólo 60 palabras por minuto, bajo el control de una computadora. La lectura en la pantalla de esta primera página se hace de modo tal que el texto al irse escribiendo letra-por-letra va simulando precisamente la forma en la cual los participantes aprendieron a leer por vez primera, letra-por-letra, repitiendo cada letra de cada palabra en voz alta ante su maestro o junto con sus compañeros de clase. Y al irse escribiendo cada letra, se produce un sonido breve, un tono auditivo que también puede resultar monótono al principio pero que pronto deja de distraer la atención del lector. Este sonido tiene un propósito deliberado e importante: se va fijando subconscientemente dentro de la mente del lector la asociación entre cada letra que va leyendo y un sonido.
A los pocos minutos, al haber terminado de leer la primera página, la velocidad de lectura es elevada a una velocidad estandarizada de 80 palabras por letra, siempre bajo control de una computadora, y consecuentemente, también disminuye el tiempo entre cada tono de sonido que acompaña a cada letra. La mayoría de los lectores se dan cuenta de que la velocidad de lectura ha sido elevada, pero sin embargo sigue siendo una velocidad de lectura cómoda para todos los participantes.
En cada página posterior, la velocidad de lectura se va elevando gradualmente en saltos pequeños, hasta que al finalizar el primer ejercicio esta velocidad queda estabilizada en 100 palabras por minuto.
Una vez finalizado el primer ejercicio, se le pide al participante que escriba en una página en blanco las ideas que pudo captar de la lectura del primer ejercicio. Esto tiene por objeto no sólo de acostumbrar a cada participante a reforzar su memoria con esta práctica sino también que el participante vaya haciendo su propia recolección que se llevará consigo sobre lo que aprendió del curso.
En el segundo día de prácticas, la velocidad de lectura es estabilizada en 120 palabras por minuto, bajo control de computadora. Es aquí cuando se introduce a los participantes del curso al uso de las seis llaves mágicas para lograr una lectura provechosa y eficiente:
QUIÉN
QUÉ
CUANDO
EN DONDE
POR QUÉ
COMO
QUÉ
CUANDO
EN DONDE
POR QUÉ
COMO
Esto es material importante, porque una de las primeras prioridades de la lectura dinámica es acostumbrar a los practicantes de la misma a darle un propósito a todo lo que van a leer por el resto de sus vidas. De aquí en adelante, el propósito va a ser todo. También en este segundo día de prácticas, los tonos de sonido dejan de ser emitidos conforme se va escribiendo cada letra, y en lugar de ello los tonos de sonido son producidos únicamente al final de cada palabra. Este es un paso importante, porque ahora se está asociando cada tono a una palabra completa en lugar de ser asociado a cada letra del texto. Con esta artimaña tecnológica, se empieza a programar subconscientemente la mente de cada participante para que asocie cada tono de sonido no con una letra sino con una palabra. En efecto, se le está empezando a desarrollar, si es que aún no lo había hecho ya por cuenta propia, la capacidad para poder leer el texto impreso no letra-por-letra sino palabra-por-palabra, ampliando la capacidad natural de su visión periférica que en muchas escuelas primarias queda estancada sin que muchos individuos puedan superar esta limitación inclusive en sus vidas como adultos.
En el tercer y cuarto día de prácticas, conforme los participantes empiezan a sentirse cómodos con una velocidad de lectura que en ocasiones se va subiendo gradualmente sin que la mayoría de los participantes se den cuenta de ello, los participantes van desarrollando mayor proficiencia en la aplicación de las seis llaves mágicas para extraer de un material de lectura lo que realmente les importa y les interesa extraer. En todos los ejercicios de lectura correspondientes a estos días, el único material de lectura al que son expuestos los participantes es al que ven ante un monitor grande, todos los ejercicios de lectura son llevados a cabo bajo el control computadora, quitándole a los participantes la opción de que puedan fijar (y la tendencia a disminuír) su propia velocidad de lectura.
El quinto día del curso es un día crucial, porque en este día la lectura lenta y usual letra-por-letra a la que la mayoría de los participantes estaban acostumbrados es abandonada de manera definitiva, para ser reemplazada por una lectura llevada a cabo palabra por palabra, con el campo de la visión periférica del ojo ampliado a marchas forzadas para tomar palabras completas de un solo golpe de vista. Los tonos que se estaban dando al final de cada palabra son abandonados y en su lugar sólo hay tonos auditivos al final de la lectura de cada párrafo para estar llamando constantemente la atención de los lectores hacia el monitor en el cual se está escribiendo rápidamente el texto que se está leyendo, permitiéndole al lector concentrarse en su lectura visual sin muchos tonos auditivos que lo puedan distraer. En este día que es representa el final de la primera semana de entrenamiento en la lectura dinámica, el material de lectura es un texto abreviado del libro de Charles Darwin titulado “El Origen de las Especies”, seleccionado por el interés que este tópico despierta en muchos lectores (son muy pocos los que han llegado a leer en todo o en parte este libro famoso que ha causado tanta polémica). Aunque se podría haber seleccionado cualquier otro material de lectura, es importante que dicho material sea un material que no aburra a los lectores y que pueda mantener enfocada la atención de ellos la mayor parte del tiempo.
Al finalizar la lectura correspondiente al quinto día de prácticas, ya no se le pide a los participantes que hagan un resumen sobre lo que leyeron, en virtud de que prácticamente todo el tiempo de la sesión es consumido en la lectura de lo que se está leyendo ante una pantalla. Además, esta sesión es en cierta forma un shock educativo, porque el último ejercicio en éste último día de esta primera semana de prácticas concluye a una velocidad estandarizada de 350 palabras por minuto, una velocidad de lectura que varios participantes jamás hubieran creído posible. Naturalmente, nunca se les dijo de antemano que iban a ser llevados a esta velocidad de lectura en este día, con el objeto de no intimidarlos y tomarlos por sorpresa aumentando la efectividad del shock. Pero si esto es posible es porque no ocurrió de un día a otro, a todos se les fué llevando gradualmente de manera cuidadosa hasta estos niveles, programándolos subconscientemente para desarrollar esta capacidad. Cuando los participantes se retiran a sus casas para descansar al finalizar este quinto día de prácticas, esa noche al dormir y sin que ellos se percaten de ello sus cerebros están sumamente atareados efectuando una cantidad enorme de "reconexiones internas" para hacer frente al nuevo reto al que han sido sometidos. (La adquisición de cualquier nueva habilidad o destreza obliga al cerebro a llevar a cabo en forma intensificada estas reconexiones.)
Es frecuente escuchar tres días después de boca de muchos de los participantes, al comenzar la segunda semana de prácticas, que al día siguiente al quinto día de prácticas, al tomar el periódico o alguna revista, sus ojos prácticamente “volaron” sobre el texto impreso, y están plenamente conscientes de que están leyendo ahora a una velocidad acelerada, están conscientes de que algo ha cambiado de manera dramática y significativa en sus hábitos de lectura, están conscientes de que ya no están leyendo de la manera en la cual leían antes. Esto es la confirmación de que en sus cerebros ya se han llevado a cabo subconscientemente las reconexiones requeridas para hacer frente a los requerimientos de la Lectura Dinámica. Con el paso del tiempo y al irse acostumbrando al uso de sus nuevas habilidades al igual que como una persona se va acostumbrando a manejar un automóvil o a manejar un control remoto de televisor con muchas funciones, les parecerá que tal vez han recurrido a sus vicios de lectura de antaño, que ya han perdido las habilidades que habían adquirido. Sin embargo, esta falsa percepción viene de la familiaridad con la cual están utilizando su nueva habilidad, una habilidad que ha llegado para quedarse y que puede ser refinada aún más con la práctica.
Hasta aquí, hemos hablado acerca de los ejercicios de lectura cronometrada bajo control de una computadora, los cuales tienen como objetivo quitarle al lector el control de su propia velocidad de lectura y hacerlo saltar a marchas forzadas hacia una nueva región de lectura que le es desconocida. Pero en la vida práctica la mayoría de los lectores no tendrán la comodidad de tener una computadora a la mano por dondequiera que vayan con un programa instalado en ella para permitirles leer a velocidades aceleradas como las que aprendieron a usar cuando fueron expuestos a un buen curso de Lectura Dinámica. En la vida diaria hay periódicos, revistas, libros y enciclopedias para leer que están en un texto impreso, y es aquí en donde el practicante de la Lectura Dinámica tiene que llevar a cabo su lectura utilizando su mano como moderador (pacer), la misma innovación en la enseñanza de la lectura veloz que hizo rica a la maestra Evelyn Woods. Para este tipo de lectura que ya no está bajo el control de una computadora sino bajo el control individual de cada persona, es altamente deseable que una vez que se haya desarrollado la capacidad para la lectura rápida en la primera semana de entrenamiento, en la segunda semana se le proporcionen a los participantes materiales de lectura impresos en los que puedan transferir sus habilidades recién adquiridas actuando ellos mismos como moderadores de su ritmo de lectura. Las Lecturas de Prácticas Cronometradas que se están publicando con esta puesta en Internet del libro El Aprendizaje Dinámico forman parte precisamente de la serie de ejercicios en los cuales se le transfiere directamente al lector la responsabilidad por moderar sus propia velocidad de lectura. Los textos utilizados en las Lecturas de Prácticas Cronometradas han sido tomados de fuentes de lectura a las que muchos lectores están expuestos día tras día, y han sido seleccionadas cuidadosamente por considerar que pueden ser material de interés para la gran mayoría de los lectores (motivándoles su curiosidad) y por la valía informativa de las mismas. En cada uno de estas prácticas de lecturas cronometradas, en las cuales se espera que el lector tenga un reloj a la mano antes de comenzar con cada ejercicio, se le proporciona al lector al final la cantidad total de palabras de las que consta el material de lectura que le fue presentado. Esto le permite al lector estimar su velocidad de lectura en forma más o menos aproximada.
Así pues, la segunda semana de un curso convencional de Lectura Dinámica está dedicada a estabilizar a los participantes en una velocidad de lectura de 350 palabras por minuto, habituándolos a este ritmo de velocidad, a la vez que entre las lecturas de texto que se llevan a cabo frente a un monitor grande se intercalan lecturas de texto impreso que son proporcionadas a los participantes para que puedan ir graduando su propia velocidad de lectura. En esta segunda semana es cuando se introducen materiales de lectura que ciertamente van a despertar el interés y la atención de muchos participantes, materiales de lectura que tienen que ver con técnicas para la mejoría de la memoria y la concentración. De éste modo, los participantes no sólo son entrenados para que puedan leer más rápidamente y de manera más efectiva; también son entrenados para recordar mejor la información que deseen grabar de modo permanente en sus memorias. Es algo así como “matar dos pájaros de un tiro”, ya que en vez de tener que tomar los participantes un curso para la Lectura Dinámica y otro curso diferente para potenciar sus capacidades de memorización y atención, son expuestos a ambas cosas al mismo tiempo. No sólo se les está enseñando a leer más rápido y mejor, sino que se les está enseñando a aprender mejor. Es así como un curso de Lectura Dinámica se transforma en un curso de Aprendizaje Dinámico. Este es el verdadero y pleno significado de la expresión. (Los materiales que tienen que ver con las técnicas para la mejoría de la memoria y la concentración están siendo subidos aquí vía Internet a través de los trece Suplementos de los que consta esta edición online.) Esto lo podemos enunciar con la siguiente "fórmula" sencilla:
Aprendizaje Dinámico = Lectura Dinámica + Técnicas de Memorización
Una cosa que distingue a las Lecturas de Prácticas Cronometradas es que al final de cada práctica se proporciona de inmediato una tabla que dá para cada práctica la velocidad de la lectura (medida en palabras por minuto) que dependerá del tiempo que le haya tomado al lector llevar a cabo la lectura completa del material. La manera ideal de llevar a cabo cada Lectura de Práctica Cronometrada es con un reloj a la mano (de preferencia algún reloj digital) usado para contar los minutos transcurridos desde que se dió inicio a la lectura hasta que la lectura fué terminada. Para mantener las tablas lo más sencillas posibles, no se dan todas las velocidades posibles para todos los tiempos de lectura posibles en fracciones de décima en décima de minuto (por ejemplo, 2.7 minutos, o 4.1 minutos), sino en mitades de minutos (por ejemplo, 2.5 minutos que equivale a 2 minutos con 30 segundos, o 4.5 minutos que equivale a 4 minutos con 30 segundos), y muy de vez en cuando en cuartos de minuto (por ejemplo, 2.75 minutos o 6.25 minutos), de modo tal que cuando el tiempo de lectura caiga, digamos, entre 10 y 11 minutos (por ejemplo, 10 minutos 20 segundos), y si solo se tiene una velocidad de 244 ppm para un tiempo de lectura de 10 minutos, y una velocidad de lectura de 222 ppm para un tiempo de lectura de 11 minutos, entonces sabremos que nuestra velocidad de lectura anda entre 222 ppm y 244 ppm. Si queremos resultados más precisos, entonces puesto que se da al final de cada práctica el número total de palabras debe ser posible con la ayuda de una calculadora obtener la cifra exacta. De cualquier modo, puesto que en la mayoría de los casos lo que se desea es tener una idea aproximada de nuestra velocidad de lectura, las tablas proporcionan una manera rápida de darnos esa estimación sin necesidad de tener que andar haciendo cálculos con una calculadora. Por otro lado, y en varias de las prácticas (no en todas), posteriormente a la práctica se hace algún repaso y se hacen algunas observaciones que vale la pena consultar.
Las Lecturas de Prácticas Cronometradsa inicialmente fueron concebidas para ser repartidas como hojas sueltas impresas complementarias a un curso de Aprendizaje Dinámico, las cuales eran recogidas al final de la sesión cuando el alumno o participante ya había hecho su resumen de la lectura de cada artículo con sus propias palabras (y de hecho ninguno de los participantes se quedaba con ninguna de las Lecturas de Prácticas Cronometradas al terminar el curso, ya que uno de los objetivos era inculcar el hábito de poner interés y atención en la lectura de algo que no se volverá a tener otra vez para su repaso, emulando de hecho lo que ocurre en la vida real y algo a lo que está acostumbrado el lector eficiente que ya ha tomado notas de lo más relevante de cada lectura que haya llevado a cabo). Cada uno de los artículos ha sido seleccionado cuidadosamente no sólo por ser material de interés y de lectura amena y ligera que se presta al desarrollo de los hábitos de la lectura dinámica, sino para reproducir el tipo de lectura de algo que muchas veces el lector ordinario enfrenta al escoger algo de un puesto de revistas y periódicos algo para leer e inclusive de una biblioteca. Lo mejor es tener en forma impresa cada Lectura de Práctica Cronometrada para así poder usar los dedos de la mano o el dedo índice de la mano como moderador de la lectura haciendo que la vista “sigua al dedo” conforme el dedo va moviéndose debajo del texto a la vez que se va recogiendo información; y la disponibilidad de las prácticas en forma impresa permite también que el lector vaya subrayando con un lápiz o vaya destacando con un marcador aquellos puntos que considera relevantes en el texto.
Al final de cuentas, la valía de las Lecturas de Prácticas Cronometradas que están siendo puestas en línea dependerán del provecho que los lectores puedan sacar de ellos. La tarea de desarrollar estos materiales ya fue llevada a cabo, y corresponde ahora a los interesados obtener los beneficios que puede esperar obtener todo practicante de la Lectura Dinámica.