jueves, 28 de agosto de 2008

Prólogo a la edición en Internet

Esta obra publicada online en Blogger está basada en un libro que escribí titulado El Aprendizaje Dinámico, el cual quedó registrado en México el 30 de julio de 1981 ante la Dirección General del Derecho de Autor bajo el Número de Registro 30071981-018.

Varias cosas han cambiado desde que el libro El Aprendizaje Dinámico fue registrado ante la Dirección General del Derecho de Autor. La disponibilidad de una computadora en cada casa permite habilitar la computadora casera, con la ayuda de programas especiales, como una máquina que sea capaz de ir desplegando en la pantalla los caracteres de texto a cierta velocidad programada de antemano por el usuario, la cual pueda ser modificada a un ritmo con el cual el lector se pueda sentir cómodo. Esto le permite a cualquiera el poder medir su velocidad de lectura en la métrica usual inventada para ello, palabras por minuto (PPM). Pero también permite algo mucho más valioso, el poder ir elevando gradualmente la velocidad con la cual los caracteres están siendo escritos en la pantalla, forzando de este modo al lector a empezar a empujarse a sí mismo para adquirir esa valiosa habilidad conocida como la lectura rápida mediante la cual el lector puede eventualmente adquirir velocidades de lectura que representan el doble o el triple de la velocidad de lectura usual del promedio de la población. Programas para el procesamiento de documentos de texto tales como Word de Microsoft podrían muy bien haber incluído esta característica como opción, la capacidad no sólo para elaborar documentos de texto sino también la capacidad para poder leer documentos de texto a velocidades predeterminadas fijadas de antemano por el usuario pero susceptibles de ser modificadas dinámicamente conforme se va avanzando en la lectura; no habría costado mucho trabajo darles tal capacidad, y el por qué no lo han hecho hasta la fecha sigue siendo una incógnita. El caso es que ya hay programas especiales que permiten esto.

Además de la disponibilidad de programas computacionales para habituar al lector lento en la adquisición de la habilidad para la lectura rápida, hay ya incluso aplicaciones app de muy bajo costo (entre tres y cinco dólares) que se pueden descargar para la iPad, el iPhone y el iTouch, tales como Power Reader. Todos estos son recursos que apenas hace una década eran inconcebibles tanto en su disponibilidad a bajo costo como en su enorme potencia. Esto hace que la lectura veloz se pueda ejercitar con la acumulación de estadísticas que permiten una autoevaluación instantánea que anteriormente hubiera requerido de exámenes psicométricos costosos.

Desde que el libro apareció por vez primera, el advenimiento de Internet ha aumentado exponencialmente la explosión de información contribuyendo a su vez a lo que se conoce como una sobrecarga de información, algo de lo cual Alvin Toffler ya había lanzado una advertencia severa en su libro futurista El Shock del Futuro (1970); y si antes del empleo de las computadoras caseras, cuando casi todo el material leído venía en forma impresa, era laborioso tratar de mantenerse al día con lo que estaba siendo publicado, la superabundancia de información en la supercarretera de la información hace indispensable el contar con todas las técnicas con las que se pueda contar para poder tratar de aprovechar al máximo esta abundancia de datos sin ahogarse en ellos. Lo que antes era deseable para mantener una ventaja en la escuela o en el trabajo ahora se ha convertido en una verdadera necesidad.

El libro El Aprendizaje Dinamico fue el preludio de un curso en vivo de dos semanas de duración, con duración de dos horas diarias, totalizando 20 horas de práctica, cuyo objetivo primordial era demostrarle a los participantes la posibilidad de poder duplicar o inclusive triplicar la velocidad de lectura promedio, y no solo eso, sino que además tenía por objetivo proporcionar técnicas para la potenciación de la memoria de maneras que los participantes no hubieran creído posibles. En nada de esto había misterio alguno, solo era cuestión de poner en práctica los nuevos modelos para el funcionamiento de la mente con los que ya se contaba mediante una serie de ejercicios cuidadosamente graduados. A la combinación de la lectura rápida con la técnica de fijación de objetivos antes de iniciar cualquier tipo de lectura se le designó como la lectura dinámica. Y a la combinación de ejercicios reuniendo en un solo curso las principales técnicas conocidas y comprobadas para la potenciación de la memoria se le designó como la memoria dinámica. Juntas, la lectura dinámica como la memoria dinámica fueron tomadas como algo a lo que se le designó el aprendizaje dinámico. Para el curso impartido en vivo se aprovechó la nueva tecnología informática que estaba siendo desarrollada en aquél entonces y que permitía contar con computadoras caseras programables en lenguaje BASIC sin tener que recurrir a erogaciones elevadas de dinero, así como la disponibilidad de las videocaseteras en formato VHS que permitieron grabar los ejercicios computarizados para el desarrollo de la lectura veloz. En el desarrollo de estos ejercicios, el primer ejercicio consistió simplemente en dejarle a los participantes ver en una pantalla de televisor una pieza de texto que se iba escribiendo lentamente en la pantalla, a razón de una letra por segundo, explicando cómo fue que de esa manera todos ellos aprendieron a leer la palabra escrita letra-por-letra. Pero sin que pusieran mucha atención en ello los participantes, conforme se iba imprimiendo cada letra en la pantalla se iba ejecutando un tono sonoro de computadora (un beep). Esto tenía dos propósitos ocultos del que no se les daban muchos detalles al respecto: el primer propósito era ir programando a la mente de los participantes para asociar cada letra con un sonido. Al pasar de la primera imagen de pantalla a la siguiente, la duración del tono sonoro así como el tiempo de impresión de cada letra en la pantalla se disminuyó un poco, repitiéndose lo mismo en cada imagen de pantalla posterior, tras lo cual se les instruía a los participantes a escribir con sus propias palabras un breve resumen de lo que habían leído en el televisor. De este modo, el primer ejercicio cumplía tres objetivos: el primero objetivo era concentrar la atención de los participantes en el texto que se iba escribiendo en la pantalla moderando y estandarizando la velocidad de lectura de todos los participantes a un mismo patrón, dándoles a leer temas interesantes relacionados sobre los objetivos del curso y sobre explicaciones preliminares de aquello en lo que consiste la lectura dinámica; el segundo objetivo era programarles subconscientemente sus mentes para asociar la impresión de cada letra en la pantalla del televisor con un sonido, y el tercer objetivo era acostumbrarlos a hacer de inmediato un resumen por escrito al tener en sus mentes los datos de lo que leyeron aún frescos. El segundo propósito de los tonos sonoros era reducir la dependencia de la lectura en la subvocalización, esa costumbre de ir pronunciando en nuestros adentros con sonidos internos cada palabra conforme la vamos leyendo. Los tonos sonoros lograban en cierta forma el poder sobreponerse a este mecanismo subconsciente que nos ha sido programado desde la escuela primaria.

En los ejercicios correspondientes a los días posteriores de la primera semana, la velocidad de lectura de lo que se imprimía en la pantalla del televisor continuó siendo aumentada, quitándoles de este modo la opción de bajar la velocidad de lectura por cuenta propia. Esto es equiparable a lo que hacen los entrenadores que para poder sacar en sus deportistas lo mejor que pueden dar los tienen que empujar a su límite. Eventualmente, a partir de la mitad de la primera semana, los tonos sonoros en vez de ser asociados a la impresión en la pantalla de cada letra fueron asociados a la impresión de cada palabra. Esto era parte de la estrategia. Con este cambio aparentemente inocuo, se les empezó a desarrollar en sus mentes subconscientemente el asociar cada tono sonoro no a una letra sino a toda una palabra. En efecto, se hizo la transición a la lectura palabra-por-palabra, enseñando a los participantes a aumentar el campo de acción de su visión periférica del ojo y con ello empezar a pisar firmemente en el terreno de la lectura rápida.

En el último día de la primera semana, el ejercicio final consistió en un resumen de la obra cumbre de Charles Darwin, El Origen de las Especies. No se trataba de leer la obra completa, sino una sinopsis aceptable de la misma. Pero este último ejercicio de la primera semana era algo especial no solo porque mediante la técnica de asociar los tonos sonoros con la impresión del texto impreso había sido modificada para asociar los tonos sonoros ya no a palabras completas sino a grupos de palabras, sino por el hecho de que virtualmente se tomó a los participantes por sorpresa al someterlos a una lectura promediada a una velocidad de 350 palabras por minuto, algo para lo cual ya habían estado siendo programados subconscientemente y en forma gradual y cuidadosa en los días anteriores. En ese día, y casi sin que se dieran cuenta, sus mentes fueron reprogramadas para un nuevo tipo de lectura, para un nuevo tipo de habilidad que se llevarían consigo por el resto de sus vidas. Ese ejercicio final era, deliberadamente, lo más pesado del curso para el desarrollo de la lectura veloz. No era inusual que, después de descansar el sábado y el domingo, al inicio de la segunda semana muchos de los participantes comentaban impresionados que al tomar el periódico en sus manos descubrían asombrados que sus ojos “volaban” literalmente hablando sobre el texto impreso, sin ayuda de ningún aparato especial. Es aquí cuando se dieron cuenta de que habían desarrollado una nueva habilidad, se trataba de algo que podían constatar por ellos mismos. Sabían que se había operado un cambio en sus mentes. Subconscientemente, habían dejado de leer letra-por-letra y habían empezado a leer palabra-por-palabra e inclusive en grupos de palabras, lo cual era uno de los objetivos primarios de la primera semana del curso. Al empezar la segunda semana, los lectores se percataban de que algo había cambiado en su manera de leer.

La segunda semana del curso tenía como propósito estabilizar la nueva velocidad de lectura recién adquirida sin nuevos ascensos en la velocidad de la misma. Para ello, se introdujo material de lectura que no sólo pudiera ser interesante y útil para los participantes, sino que pudiera ayudarles a incrementar otras capacidades, especialmente la capacidad para poder recordar y memorizar mejor. Estos materiales de lectura para el aprendizaje de estas técnicas son precisamente los que han sido incorporados en los suplementos de la publicación online del libro. De este modo, la lectura dinámica sumada a las técnicas de memoria enseñadas a los participantes se convirtió en una nueva herramienta útil para todos aquellos interesados en aumentar no sólo su capacidad para poder leer más rápido sino para poder retener mejor los datos leídos. Así, la segunda semana del curso era dedicada no solo a reforzar sin la ayuda de los ejercicios en la pantalla del televisor el hábito de la lectura veloz, usando para ello los dedos de la mano como un moderador de la velocidad de lectura, sino también para proporcionar ejercicios cuya lectura tenía como propósito el desarrollar el hábito de fijación de objetivos antes de iniciar una lectura (mediante el uso de los seis elementos básicos) y, sobre todo, sentar las bases para el desarrollo de la memoria dinámica. Pero para lograr esto último, era importante hacerle una demostración a los participantes de lo que se podía lograr en ésta área. Y la demostración consistía en escribir el famoso número pi usado en las matemáticas con una precisión de unas veinte cifras significativas,:

π = 3.1415926535897932384626433

Esto se hacía escribiendo el número dado arriba sobre un pizarrón, y tras esto dándole la espalda al pizarrón se iba repitiendo, una por una, todas las cifras arriba indicadas del número π, sin incurrir en error alguno. Y si lo anterior no fuera suficiente para asegurar la atención de los participantes al curso, se procedía a escribir en el pizarrón otra famosa constante numérica, el número e que es la base de los logaritmos naturales y muchos cálculos científicos:

e = 2.7182818284590452353602

dándole nuevamente la espalda al pizarrón para ir repitiendo, una por una, todas las cifras arriba indicadas del número e, sin incurrir en error alguno. Después de una demostración como ésta, los participantes quedaban lo suficientemente impresionados e interesados como para querer aprender esto más a fondo, y una vez enterándose de los trucos todos ellos descubrieron que podían hacer lo mismo sin dificultad alguna. En rigor de verdad, no hay trucos, todo era cuestión de aplicar en un solo curso lo más avanzado en tecnología educativa y didáctica que ya se tenía para el desarrollo de tales capacidades.

Como remate al final del curso, se retomó la lectura de texto en la pantalla del televisor gigante bajo control de la computadora de modo tal que se le imprimiera al texto una velocidad de lectura promediada entre 450 y 500 palabras por minuto. Pero en este  punto, los participantes “sentían” que sus mentes podían mantener el ritmo de velocidad con el cual el texto se estaba  imprimiendo en la pantalla. Y posiblemente por vez primera en sus vidas, experimentaban vivamente lo que se siente el leer a una velocidad graduada entre 450 y 500 palabras por minuto. El material presentado, desde luego, estaba graduado cuidadosamente en lo que es conocido como material de lectura ligera, pero aún así la presentación de esto en el primer día de inicio del curso hubiera sido algo totalmente fuera de lugar porque el ascenso para poder llegar a tales alturas debe ser gradual pero seguro, sin atajos.

Aunque el curso en vivo de Aprendizaje Dinámico ya no está disponible, se están liberando aquí los mismos materiales que se utilizaron para el desarrollo de las habilidades citadas. Y aunque no hay cosa alguna que pueda reemplazar tanto a los ejercicios computarizados que garantizan con una efectividad del cien por ciento el desarrollo de la habilidad para la lectura rápica así como el beneficio de la transmisión directa de conferencista a participante sobre las ideas centrales del tema, si se pone algo de esfuerzo se puede aprovechar lo mismo que lo que aprovecharon aquellos participantes en aquél entonces.

A esta publicación online del libro El Aprendizaje Dinámico se está anexando una serie de suplementos que fueron parte de un curso integral computarizado para ayudarle a los participantes a elevar su velocidad de lectura del promedio usual situado entre 100 y 120 palabras por minuto hasta un nivel promedio de 300 palabras por minuto. Ciertamente, si podemos leer lo mismo que leemos en una hora a un tiempo reducido a media hora o menos, aumentando de paso con ello nuestra comprensión del material leído, esto nos deja tiempo libre para leer más material adicional para el cual no tendríamos tiempo alguno o para hacer otras cosas propias de nuestro diario vivir; y en el caso del estudiante le permite prepararse mejor para sus materias estirando un tiempo que cada vez se antoja más corto.

Hace ya algún tiempo la empresa Aubanel Publishers localizada en Dublín, Irlanda, publicó una serie de manuales en Español titulados Las Leyes Eternas del Éxito (promocionados como Las 20 lecciones de cultura psíquica que todavía cuentan con algunos entusiastas seguidores), elaborados por un autor desconocido que usó el pseudónimo W. R. Borg, en los cuales se presumían entre otras cosas algunas técnicas para la potenciación de la memoria, técnicas que forman parte de estos mismos materiales junto con otras y que están siendo liberados en Internet con este trabajo, pero con la diferencia de que mientras que esos manuales pequeños de W. R. Borg tenían un costo elevado, aquí esos mismos materiales así como otros están siendo puestos a disposición del mundo entero sin costo alguno, con el beneficio posterior de que se cuenta con tecnología pedagógica y didáctica con la que antes no se contaba en los años veintes. De hecho, si el lector es persistente, con el estudio de estos materiales se podría ahorrar la inversión en otros cursos tales como el curso de Evelyn Woods Reading Dynamics que con un costo de 500 dólares o más no dejaba muy satisfechos a muchos que creían que recibirían algo que valiera la pena la inversión de tal cantidad y que nunca estuvieron seguros si realmente sus velocidades de lectura promedio se habían duplicado o triplicado como anunciaba la propaganda (en la actualidad, en 2012, el curso de Evelyn Wood Reading Dynamics no en vivo sino en forma de un paquete en DVDs enviados a casa tiene un costo de 700 dólares). Hoy ya sabemos que tal cosa es posible, hay estadísticas para confirmarlo, y sabemos por qué es posible, pero contamos además en el tercer milenio con programas computacionales que pueden poner esto a demostración y prueba. En efecto, los tiempos en los que era necesario erogar cantidades considerables de dinero para adquirir estas habilidades de lectura rápida y mejoramiento de la memoria han concluído, lo cual es algo digno de celebrarse y de aprovecharse. Pero esto último siempre y cuando la tecnología sea aprovechada por los millones de estudiantes, maestros y profesionistas que están buscando beneficiarse de algo como esto.

Esta obra refleja los más recientes avances en tecnología informática, y uno de ellos consiste en la inclusión de hipervínculos a la enciclopedia Wikipedia, posiblemente la enciclopedia más leída y más consultada en la historia de la humanidad que ha terminado por obligar a la otrora venerable Encyclopædia Britannica a anunciar que a partir de marzo de 2012 dejaría de publicar sus ediciones impresas, algo que hubiera sido impensable apenas al inicio del tercer milenio en el año 2000.

Por este medio deseo agradecer también a la empresa picasion.com por la disponibilidad en línea de su editor de gráficos que hizo posible preparar algunos de los efectos especiales animados que el lector encontrará dentro de esta obra.

La síntesis que en esta obra se expone es el resumen esencial de muchos materiales por los cuales hay quienes pagan cientos o inclusive miles de dólares en cursos y seminarios costosos ofrecidos a profesionales y empresas privadas que buscan sacarle el máximo provecho posible a su tiempo y a sus empleados. Con esto en mente, dependerá a los lectores de esta síntesis el sacarle también en la mayor provecho posible a lo que hoy está saliendo a la luz gracias a la red de redes, a Internet.

Una última observación: Anteriormente, todo los materiales elaborados para esta publicación en Internet habrían sido planificados teniendo en mente el empleo de monitores de 17" con una resolución de 1024×768 pixeles. Sin embargo, al iniciar al iniciar la segunda década del tercer milenio, la mayoría de los monitores no eran del viejo tipo voluminoso empleando tubos de rayos catódicos CRT sino monitores planos cristales líquidos LCD o foquitos LED, y estaban siendo estandarizados al tipo “panorámico”, el cual tiene una resolución típica de 1280×960 pixeles. Esto último ofrece ciertas ventajas en la descarga de las páginas Web de Blogger, principalmente en la reproducción de imágenes y archivos fotográficos amplios de una anchura. una presentació que posiblemente no pueda ser reproducida correctamente por navegadores como  Internet Explorer y Mozilla Firefox en caso de usarse monitores de 17" con una resolución de 1024×768 pixeles, o peor aún, monitores de 15" con una resolución de 800×600 pixeles. Si se tienen problemas para la reproducción fidedigna de las páginas Web de esta obra, se recomienda verla en un monitor del tipo plano con la resolución de 1280×960 pixeles. O para ponerlo en términos más sencillos: en caso de que la reproducción de cualquier parte de esta obra sea inapropiada en un monitor del tipo viejo (tubo de rayos catódicos, CRT), se recomienda verla en un monitor más reciente de pantalla plana.